Una palabra que ha tardado siglos en adentrarse con naturalidad en la sociedad. Cuando esta palabra es pronunciada la atención de la gente aumenta, ya sea por escándalo o simplemente el morbo de conocer que es lo que viene a continuación. Las expresiones de la gente cuando en una conversación normal se habla de ella, son mezcla de felicidad con vergüenza. Lógicamente no es una ley aplicada para todos pero si tuviésemos que hablar de porcentajes inexactos hablaríamos de un ochenta por ciento. De hecho gran parte de los que están leyendo estas palabras es por el título que lo encabeza.
El sexo está presente en nuestras vidas y ya sea directa o indirectamente es algo que siempre ronda nuestra cabeza. Una necesidad humana.
Para los que digan que no piensan en ello, ya esta lo subliminal y lo no tan subliminal para hacerse cargo. Publicidad cargada de erotismo. Ya no es solo la ropa interior la que posee altas dosis de contenido sexual; marcas de vaqueros, fragancias, anuncios de muebles, chocolates...Todo es sexo.
Para los italianos incluso la política está impregnada de erotismo y su estilo de vida hace gala de ello. Los escándalos sexuales se cuentan por miles en países como Venezuela, en Italia, EEUU,etc...Además grandes personajes han estado envueltos en altercados en los que el sexo era el principal protagonista.
Ya que en nuestras vidas el sexo es más común de lo que parece, hay que tratarlo con naturalidad y no forzar a veces los cultismos y las palabrerías llenas de vergüenza absurda. La naturalidad en el sexo es fundamental, tapujos, vergüenzas, cuchicheos, palabras entre mordidas que no salen de la boca y parecen que se agarran a la garganta, para una declaración de amor están bien pero para hablar de sexo lo único que necesitamos es claridad, eso sí, con una sobredosis de respeto.


